28 de octubre
El suceso de ayer en el metro me ha hecho cuestionarme algunas cosas. Por ejemplo, ¿si una mujer con unos rasgos tan distintos a las demás llamó la atención sobre mí de esta manera, cuánta atención me prestará la gente a mí, persona de proporciones tan únicas?
Sin embargo, a veces, cuando voy en metro, me percato de lo feos que somos la inmensa mayoría. Sin embargo, nadie parece darle la más mínima importancia. ¿Dónde está la línea entre aceptable y horrendo? ¿Y entre monstruosidad morbosa y deformidad desagradable? A alguien como yo, ¿la gente le mira por curiosidad, o evitan cualquier contacto visual por asco? Por tanto, si le doy náuseas a alguien, ¿éste me mira o por el contrario me evita?
Entonces, ¿cómo puedo saber si doy asco por donde me arrastro?
Es más, ¿realmente importa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario